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Solo es...

Publicado: 2011-05-17

El misterio es un espacio donde no se ve nada. Por eso la ausencia del pudor es la pureza. El ser lo que uno es sin importar. Sin contaminación. Cuando la pureza está tal y como es, suele buscarnos, pero no sabemos cómo recibirla.  Tememos porque no le tenemos costumbre y porque su enigma nos causa terror. No la conocemos y por eso le huimos. Y la etiquetamos con parámetros que poco a poco la llevan a un estado burdo. Nuestra mente la denigra a un estado que nosotros conocemos a la perfección. La aterrizamos con el temor y la maquillamos con el pudor. Hemos perdido la intuición y la cambiamos por simple reflexión. Nuestra razón ha llegado a tal punto en que la intuición, que es conocimiento puro de la realidad, ha sido reemplazada por argumentos que parametran la verdadera esencia del universo. La pureza es algo que existe pero para la razón no existe, sin embargo todos buscan ese sangrial que está en la punta de sus narices. O en la punta de sus penes. O en la punta de sus clítoris.

La intuición es como el hombre invisible, es la presencia sin presencia de algo que aún no está, pero simplemente lo sabemos. Pero sabemos que está ahí porque son nuestros ojos los que miran. Entonces creamos la imagen de lo que existe. Las imágenes que existen no solamente aparecen en el espejo. Decir yo soy yo porque aparezco en un espejo es muy simple pero definir yo o solo sentir yo es algo más complejo. Todo depende de la calidad que uno tenga para ver el universo a través de los cristales de la pureza. Esos que están ahí. Porque no hay espejo. Todo es un mismo ser. No le podemos decir al reflejo del espejo “hay que ser uno”, porque el reflejo del espejo responderá “Si, pero ¿cuál de nosotros dos?”.

Dentro de lo real, está el espíritu de lo invisible. Tenemos la posibilidad de ver lo que nadie ve y encontrar la belleza en ese lugar. Lo maravilloso de este asunto es que cada persona tiene la capacidad de hacer visible aquella entidad que solo está, gracias a sus ojos. A su capacidad de observar, que es tan distinta a la del otro y así, de manera sucesiva, hasta el infinito. Cada quien crea su propia luz vibrando de forma diferente.

Por todo esto, tenemos una unión con el misterio. Nos encerramos con él y poco a poco descubrimos que esa unión con el misterio es una coalición con el universo. Es ahí cuando existe Dios. Cerramos ese misterio en nosotros y conseguimos pertenecer a Dios y a uno mismo.

Somos individuos mientras no existe el misterio. El misterio busca que todos partamos de una misma esencia universal. Es allí en donde está lo real, pero no lo verdadero. Cuando encontramos esta realidad, nos topamos con el resplandor de la belleza. La Verdad en sí puede ser algo doloroso para las personas, por eso no es necesaria. Pero la belleza sí, ya que ella ayuda a entender el misterio del universo y al ser mismo por lo que es.

Educar a los ojos para ser consciente de lo que no mira. Eso nos hace próximos al otro y nos ayuda a adaptarnos para observar un todo. Lo que lleva a un lenguaje sin códigos, sin límites y sin fin. La esencia de la comunicación pura. Sinceridad intuitiva. Lo que sin saber, nos impulsa a llegar a nosotros mismos, mediante una comunión.  Todo eso es Arte.


Escrito por

gabovillarreal

Comunicador, warketero, Wikipediero, Melómano, peliculero y medio dramático. Decidido a embarcarse en esta aventura extraña y a punto de conseguir su ansiada libertad f...amiliar


Publicado en

Villa Irreal

Sin television y sin cerveza, Gabo pierde la cabeza...